Sujetos de la Evaluación

Los sujetos de la Evaluación responden a la pregunta ¿Quiénes evalúan?

¿Quiénes evalúan?

 

Todos. En la evaluación todos los participantes de una comunidad social, educativa, administrativa o empresarial, son sujetos y objetos del proceso evaluativo.

 

Una forma de exteriorizar los sujetos y objetos de la evaluación es a través de la explicación de la autoevaluación, la heteroevaluación, la co-evaluación, la paraevaluación, y la metaevaluación.

 

Autoevaluación

 

Es un proceso de autocrítica que permite la reflexión y el análisis sobre la propia realidad. Su práctica constante, forma hábitos de autovaloración, auto respeto, auto estima y sentido de pertenencia.

Diversos autores, entre esos Popper, consideran que realizamos más progreso al reflexionar sobre nuestros errores que al descansar en nuestras virtudes.

 

Existen diversas formas de hacer autoevaluación; por ejemplo, en privado o en público, libres de datos externos o con referentes externos, sin esquemas, talleres o modelos o con una matriz determinada, con un orientador, instructor o guía o sin ningún referente profesional. Estas y muchas formas de autoevaluación se pueden aplicar en nuestra cotidianidad académica y afectiva.

 

Los sujetos que han practicado la autoevaluación confiesan que este ejercicio los ha transformado en seres humanos pluralistas, tolerantes, ecuménicos, sensibles, flexibles y abiertos a múltiples concepciones ideológicas, políticas, culturales y religiosas.

La autoevaluación no sólo es una necesidad educativa y laboral; es un derecho académico y afectivo de todo ser humano que interactúe en un grupo social.

 

Heteroevaluación

 

Esta es la modalidad más conocida, puesto que se trata de la evaluación que una persona le hace a otra; pero a su vez, este sistema de evaluación implica un alto grado de responsabilidad por parte de quien planea, diseña y aplica la evaluación. Una evaluación mal redactada, incoherente, con preguntas ambiguas o elementos conceptuales y prácticos no estudiados, atropella y genera desmotivación en los implicados en el proceso.

 

Sin duda, toda heteroevaluación necesita de una metaevaluación para evitar injusticias o arbitrariedades en el  proceso; consultar, pedir sugerencias, solicitar observaciones críticas, permitir la acción de un evaluador externo o par académico en nuestras planeaciones y diseños de evaluaciones es un hábito sano y constructivo que beneficia tanto al docente como a sus estudiantes.

 

Coevaluación

 

Cuando varios sujetos o actores se evalúan entre sí, se dice que allí, hay una coevaluación.

 

La coevaluación permite que los sujetos participantes aprendan a respetar y valorar al otro en forma objetiva y plural. Este compromiso de valoración necesariamente nos confronta a nosotros con el otro como seres humanos únicos e irrepetibles que tenemos mucho que dar y recibir. Las personas que no han practicado esta dinámica de evaluación, cuando lo hacen por primera vez se muestran nerviosos y subjetivos en sus apreciaciones, confunden lo personal con lo que se esta evaluando; sin duda esta dinámica nos hace crecer en comunidad y comprender el sentido de la convivencia.

 

Paraevaluación

 

Todo proceso de evaluación que va más allá de la simple comprobación se le llama paraevaluación. En la paraevaluación (para = junto a, al lado) se desarrollan juicios de valor que trascienden los “llamados buenos resultados”; por lo tanto se revisa y se analizan todas las variables posibles de un programa, experiencia o fenómeno educativo para determinar su coherencia en relación con los estándares de desempeño de un estudiante (Santos, G. 1995).

 

Recordemos, que en un proceso de evaluación podemos aparentemente lograr buenos resultados y a su vez ser inútiles las técnicas, instrumentos, métodos o sistemas de evaluación empleados; revisar cuidadosamente  con qué se está evaluando; es decir, revisar los estándares de contenido y los estándares de oportunidades, y observar cuáles son en esencia los estándares de desempeño que nuestros estudiantes manejan, es desarrollar experiencias de Paraevaluación.

 

Metaevaluación

 

 

Todo compromiso con la evaluación es un compromiso con la complejidad; por lo tanto, es necesario evaluar la calidad de la evaluación en su planeación, diseño, proceso y resultados.

 

El término “metaevaluación” fue acuñado por M. Scriven. En la metaevaluación se establecen criterios, códigos, referentes o variables que permitan evaluar los mecanismos de evaluación para valorar y analizar el rigor del proceso, para determinar la coherencia entre lo que se enseña y lo que se evalúa, para detectar planteamientos indebidos en la evaluación, y para comprender todo el proceso desarrollado en la evaluación.

 

La metaevaluación nos permite mejorar la planeación, el diseño y la aplicación de las pruebas evaluativas que en la cotidianidad escolar  desarrollamos. Aplicar ejercicios permanentes de metaevaluación nos lleva a obtener excelentes resultados en la Paraevaluación; ambas están íntimamente ligadas y se complementan en sus aplicaciones cotidianas.

Pablo Romero Ibáñez